domingo, 20 de febrero de 2011

POEMA CALIENTE





Tu. 
Eres tú quien me da el calor, 
Solo tú me ofreces resguardo en tus garras traicioneras,
Puesto que una vez se cae en tus manos, el calor que desprendes, capaz de quemar el pan más grueso, no deja más opción que a la sumisión y al terrible gozo de tu resistencia ardiente.

(Palabras de una tostada enamorada a su tostadora)

P.D.: Metáfora de la vida


Adéu.

sábado, 19 de febrero de 2011

INSOMNIO


Momentos de delirio en la amarga madrugada, en los ruidos más profundos del silencio que desvelan el peso de mi sueño, no importa cuán cansado esté, este silencio que no me deja oír el silencio, verdadera armonía de mi mente más ausente, que busca regazo en los abrazos de mi consuelo.

Puestos a reciclar del vocablo inexistente, exhausto que permanece en mi subconsciente creo escribir algo con sentido pero es solo tremendo delirio. Rimas fáciles, cuales crueles muros no dejan pasar la luz, luz en busca de abrigo, abrigo en busca de luz.



P.D.: Esto es lo que pasa cuando uno no puede dormir.

jueves, 17 de febrero de 2011

EL CAFÉ




Después de varias semanas sin actualizar mi blog, vuelvo a la carga. Debido a que he estado en periodo de exámenes, decidí dejar de lado el blog… y es que total, para dos o tres semanas que estudio durante cuatro meses, hay que hacer un esfuerzo.

Dicho esto, la imagen de un bar empieza por un último detalle antes de irte. El café. Sí, el café, una infusión a la que muchos restauradores parecen no prestarle la más mínima atención. No quiero parecer un “tiquismiquis” pero el café como en el caso del calzado en la indumentaria, es casi más importante que todo lo anterior, puesto que es el broche final a toda una comida. Es el momento en que nos relajamos y empezamos a disfrutar de toda la comida que hemos ingerido. Es nuestro momento. Nosotros, y el café.

Y en ese momento tan importante en el que te dispones a saborear el café… Zas! Es agua con el polvo negro de haber raspado una tostada quemada (al menos sabe a eso), aunque esto ya se ve venir, cuando el café parece coca-cola y miras tristemente la cuchara con el líquido dejándola caer dentro de la taza y ves que es casi transparente…

Somos mucha gente la que disfrutamos de un buen café expresso, y después de una gran comida un mal café es como un insulto.

Resumiendo; un mal café puede borrar aquella imagen sutil y amable que nos ha dejado esa comida y en consecuencia la imagen de ese bar o restaurante. Sería como ver un hombre con un traje de Tom Ford y al mirar hacia el suelo ver que lleva puesto unos zapatos de la 2ª guerra mundial llenos de barro.



P.D.: Si os encontráis con un café malo, pedir que os hagan uno de nuevo, no cuesta nada.


Adéu.